GAFAS DE SOL

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¿Porque proteger nuestros ojos del sol?

Las radiaciones más “nocivas” para las estructuras oculares son las más energéticas, es decir las UV. A diferencia de los infrarrojos que generan calor y los rayos visibles, los UV no provocan ninguna reacción inmediata que nos avise del daño.

A lo largo del tiempo, la exposición a este tipo de radiaciones provoca un efecto acumulativo en las estructuras oculares, que a medio y largo plazo, puede provocar alteraciones como cataratas, pterigium y otras patologías.

Una exposición solar elevada también favorece otras enfermedades y síntomas oculares, como conjuntivitis, fotofobia, lagrimeo y enrojecimiento.

En verano se superan los límites considerados peligrosos para piel y ojos. No obstante, en primavera y otoño, también los índices UV son altos, ya que los rayos UV traspasan la barrera de nubes. Por todo ello, la protección ocular debe ser durante todo el año. El riesgo es mas alto cuando mas cerca nos encontremos de las horas del mediodía. Durante el verano, de 12 a 17h, es el periodo de mayor riesgo.
Hay que tener en cuenta que el césped refleja sobre los ojos el 3% de las radiaciones solares, la arena de la playa refleja el 10%, el mar abierto un 20% y la nieve un 80%. Por ese motivo, cualquier deporte o actividad practicados al aire libre, debe ser realizado con la protección solar adecuada. Los habitantes de lugares costeros o montañosos sufren un mayor riesgo de padecer cualquiera de las patologías anteriormente citadas. Las largas exposiciones al aire libre que se dan en estas situaciones, aumentan el riesgo provocado por las radiaciones solares.
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¿Cuándo y dónde debemos extremar las precauciones?

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¿Factores de riesgo?

Nadie es inmune a lesiones oculares.

Cualquier persona puede sufrir los efectos nocivos de la radiación solar, en especial los provocados por la radiación UV.

El cristalino es la barrera natural que el ojo tiene para proteger sus estructuras más sensibles de la radiación UV y la luz azul.

Las capacidades de absorción varían con la edad. El cristalino va madurando y aumentando su capacidad de absorción de los rayos UV con la edad. Así, los más jóvenes, niños y adolescentes, corren más riesgos, ya que aún no han desarrollado completamente este filtro natural.

Las personas que trabajan al aire libre, por la mayor dosis que acumulan a lo largo del tiempo.

Las personas operadas de cataratas o de cirugía refractiva, pueden padecer unos síntomas asociados a la operación, como fotofobia, sequedad ocular, deslumbramiento, etc. Estos síntomas requieren una protección adicional adecuada.

Recuerda, los efectos de los rayos UV son acumulativos, así que hay un mayor riesgo de sufrir alteraciones oculares si se está recibiendo radiación desde una edad más temprana.

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¿Colectivos de más alto riesgo?

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¿Recomendaciones a la hora de adquirir unas gafas de sol?

Siempre utilizar gafas de protección solar de calidad, que filtren las radiaciones nocivas.

En su Establecimiento Sanitario de Óptica podrá recibir todas las garantías y especificación técnica de las lentes (categoría según normativa CE, filtro UV, etc…)

Cada persona tiene una sensibilidad distinta a la luz. No todas necesitan el mismo tipo de filtro solar. Pida consejo a su óptico-optometrista. Una lente oscura no garantiza un mayor grado de protección frente a la radiación UV, asegúrese de que le garanticen en su óptica el filtro adecuado. Siempre tener en cuenta las circunstancias de uso: ciudad, mar, montaña, deportes, etc.

Unas gafas de sol con filtro polarizado son especialmente buenas para eliminar reflejos y destellos de la luz del sol en superficies brillantes. En consecuencia, son útiles en lugares donde estos destellos son habituales: en la nieve, en el mar, o en una carretera donde el sol se refleja en las superficies acristaladas o metalizadas de los coches.Consulta al Óptico Optometrista sobre este tipo de filtros y recomendará.

Los lentes polarizados ofrecen al consumidor toda una serie de ventajas que los simples lentes coloreados no pueden. Los tintes de absorción (lentes coloreados) reducen el brillo disminuyendo la cantidad total de luz transmitida a través del lente, pero sólo los lentes de sol polarizado pueden eliminar el brillo reflejado con el fín de proporcionar una visión más segura, más precisa y más cómoda tanto en la conducción como en las tareas realizadas al aire libre.

El brillo reflejado es muy habitual, en las tareas realizadas al aire libre, en superfícies lisas reflectantes como el agua, la carretera, la nieve, o el parabrisas. Los reflejos pueden ser molestos, incómodos, e incluso tan brillantes que pueden “cegar” temporalmente al sujeto creando situaciones peligrosas.

Los conductores entrecierran los ojos para intentar ver con más claridad, incluso retiran la vista de la carretera cuando se ven enfrentados a reflejos intensos. Los reflejos convierten situaciones habituales en la conducción diaria – como peatones cruzando una calle o coches que frenan bruscamente – en situaciones potencialmente peligrosas que pueden ser evitadas usando gafas de sol polarizadas.

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Gafas de sol Polarizadas, ¿qué son?